Roma, 6 de octubre de
1996, María Ana Mogas Fontcuberta era beatificada en la Plaza de San Pedro por
el Papa Juan Pablo II.
En la homilía de la Beatificación Su
Santidad nos dijo:
“La alegoría de la viña nos habla
del amor entrañable de Dios por sus hijos. A este amor supo responder
generosamente la madre María Ana Mogas Fontcuberta y dar así abundantes frutos.
Ella, renunciando a una posición social acomodada, forjó, junto al sagrario y a
la cruz, su espiritualidad inspirada en el Corazón de Cristo y basada en la
entrega a Dios y al prójimo con"amor
y sacrificio". Fiel
al ideal franciscano, mostró preferencia por los pobres, la
capacidad de perdonar y olvidar las ingratitudes e injurias, así como la
dedicación a los enfermos y a los que padecían alguna carencia. De ese modo
respondió a llamada del Señor a trabajar en su viña, con un estilo tan
auténtico, que su santidad no impedía que fuera tan jovial...
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